La comunidad LGTBI en el medio rural

Los hombres homosexuales generalmente han sido estereotipados como habitantes de la ciudad con trabajos en peluquería y medios de comunicación. Pocos están representados en el áspero, duro y sucio mundo de la agricultura. Y, aparte de algún que otro personaje de ficción ya sea en literatura o en televisión, es raro ver a los hombres homosexuales presentados como agricultores. Pero, ¿están las zonas rurales desprovistas de ellos? ¿Están realmente ausentes de la agricultura y las industrias relacionadas?

Incluso si aceptamos la realidad de los hombres homosexuales que trabajan en la agricultura como una presencia real, aunque pequeña, ¿por qué debería preocuparse la mayoría de la comunidad agrícola por el apoyo que podrían necesitar? Se sabe que es probable que la agricultura sufra una escasez de mano de obra en un futuro próximo; y también se ha advertido un éxodo de jóvenes hacia la industria, y con ello la pérdida de nuevas ideas y nuevos talentos. Está claro que la agricultura debe atraer a los jóvenes, no darles otras razones para irse. Para los granjeros homosexuales, la percepción de la homofobia y el miedo al aislamiento son dos factores principales que podían resultar en la expulsión de buenas personas de la industria.

¿Qué podría alejar a los agricultores homosexuales de su carrera en la agricultura? Algunos factores pueden ser inherentes al trabajo que realiza la industria, lo que limita las posibles respuestas de los líderes de la industria para mitigarlos. El factor más importante que aleja a la gente de la agricultura es probablemente la miseria que gana con ella y las horas que tiene para trabajar; este horario exigente deja al trabajador con poco tiempo para viajar para encontrar la amistad, y mucho menos el romance, un problema magnificado por su sexualidad.

El tema de la sucesión también agrega un nivel adicional de complejidad a la vida de los agricultores homosexuales y sus familias. Si bien la idea de que el hijo primogénito herede automáticamente la granja puede estar menos de moda, la idea aún persiste. ¿Es probable que esta pregunta sea complicada si un sucesor potencial es gay?

Dejando de lado las largas horas de trabajo y los problemas de sucesión, otro desafío al que se enfrentaron los agricultores homosexuales es uno ampliamente aceptado que afecta a la mayoría de las comunidades rurales: el aislamiento. Una de las principales soluciones para evitarlo es Internet, lo que subraya la necesidad de una buena banda ancha rural.

 

Y es que en los pueblos… son así

España es un país que durante siglos ha sido predominantemente rústico, dependiendo de la tierra para su supervivencia y su economía, y aún es mucho lo que se le debe al sector primario. Y de acuerdo a esta circunstancia, fue como surgieron los núcleos de población rurales, en contacto permanente con la naturaleza y dependiendo de ella. Hoy en día, nuestro país está lleno de pueblos con ese espíritu, eso que a los españoles nos gusta llamar «pueblos con encanto«. Y aunque nuestro estilo de vida actual en pleno siglo XXI nos lleva más a las ciudades y su intrépido ritmo, a cualquiera de nosotros nos gusta el turismo rural, o de vez en cuando irse y disfrutar de la tranquilidad que nos ofrecen este tipo de localidades.

Vivir en un pueblo tiene sus pros, claro; pero también tiene sus contras. Los que llegan de las ciudades hablan de paz, calidad de vida, el disfrute al aire libre, el trato cariñoso de sus buenas gentes… Y los que han salido de alguno de estos lugares, te cuentan que odian la falta de oportunidades y, sobre todo, el que todo el mundo sepa todo de todos. Sabemos que el cotilleo se creo en los pueblos, y es cierto que es estos lugares es casi imposible mantener algo en secreto; y lo peor no es eso, sino, como también señalan sus detractores, los juicios de opinión y las estrecheces de mente.

Si alguno de vosotros es de pueblo, o tiene familia cercana en uno de ellos, seguro que sabe a lo que me refiero. Aunque parezca cosa del pasado, en las localidades pequeñas los prejuicios y los juicios de valor están a la orden del día; y no parece que vayan a desaparecer a corto plazo. No hay nada peor que te cataloguen en un pueblo, porque entonces, ni tú ni tu familia por varias generaciones, os librareis del título. Ya sabes, se escucharán cosas como «el tonto del pueblo», «la puta del pueblo», «el hijo del civil», y «el maricón» y «el drogata». Una vez que te han puesto uno de esos sobrenombres, apaga y vámonos, porque al menos tú no los verás desaparecer tan fácilmente.

Pocas cosas hay peor que ser lesbiana en un pueblo, eso lo sabréis todas las mujeres homosexuales que hayáis nacido en uno. Ya es difícil para un hombre, pero para una mujer, es casi un infierno dar muestra de que te puede gustar otra persona del mismo género. No habrá quién te quite para los restos el mote de boyera o tortillera, aunque eso no es lo peor, porque en realidad es cierto que eso es lo que eres; el humor negro y la mala leche es lo que de verdad hace imposible el que puedas vivir tranquila, y la continua vigilancia a la que te somete toda la vecindad; curiosamente, sobre todo la población femenina. Por lo general, no suelen quedar homosexuales en un pueblo, ya sea del género  que sean, porque sus convecinos ya se encargan de que no tengan más remedio que irse, o aguantar estoicamente toda la vida, que ya es mucho el pedirle a una persona.

Claro, es difícil hacernos una idea de cómo puede ser eso a la gente de la ciudad, que vemos a las lesbianas porno como lo más natural del mundo; de lejos, mucho más natural que el porno gay. Lo curioso es que estas besos, caricias y masturbaciones entre mujeres que no nos llaman la atención en la pornografía online, resulta que sí que lo hacen cuando lo vemos en vivo y en directo. Aunque bueno, puede que aún no hayamos conseguido librarnos de tabúes y prejuicios estúpidos, y hay que decir que las cosas van bien en ese aspecto de la sociedad; por suerte, la solidaridad y la normalización con respecto al colectivo LGTB cada vez es más profunda. Como dice un colega mía, las webs porno han hecho un bien social que no acabará nunca de ser lo bastante apreciado, jeje.

Pero en los pueblos, nada cambia, o lo hace muy poco a poco. Así que te diré que se puede ser muy feliz viviendo en una pequeña localidad rural, pero ojo: no te salgas del molde. Adáptate al entorno y a la masa de vecinos, y todo te irá bien. No vayas de moderno ni de enterado, porque no será nada apreciada tu forma de ser distinta. Limítate a descansar y a disfrutar, y por fin comprenderás eso de los «pueblos con encanto».

Algunos insectos que verdaderamente son un peligro

Salir a la naturaleza y disfrutar de ella, con todo lo que ello implica, no está exento de peligros, debemos reconocerlo.  Tomar el sol, oler el aroma de las flores o gozar de la sombra de los árboles mientras tomamos un piscolabis también significa más encuentros con algunas especies no muy acogedoras o, peor aún, que realmente representen un riesgo para nosotros y nuestra salud. Hay que tener cuidado con ciertos insectos armados de dientes o aguijones que pueden portar enfermedades que amenazan la vida, inyectar venenos peligrosos e infligir un dolor grave a sus víctimas humanas.

Aquí presentamos algunos de los más comunes:

  • Garrapatas: Seguro que has oído hablar de la Enfermedad de Lyme, pero las garrapatas también transmiten otras enfermedades graves o incluso mortales. Si encuentras alguna de ellas pegada a tu cuerpo, es importante que te pongas en contacto con un médico inmediatamente.
  • Mosquitos: No son sólo sus picaduras lo que pueden molestar; estos chupadores de sangre en realidad se clasifican como el animal más mortal del mundo porque pueden ser portadores de enfermedades tan graves como el virus del Zika.
  • Arañas Viuda Negra: Estas tejedoras venenosas se cuelgan en vigas de madera, cercas u otros lugares con escombros. se pueden identificar por los puntos rojos o la forma de reloj de arena de su abdomen. La mayoría de las mordeduras se producen cuando una persona roza accidentalmente una de sus redes; la intrusión incita a la viuda negra a morder, liberando un veneno neurotóxico en la piel a través de dos marcas de punción.
  • Chinches: Las chinches viven en áreas cubiertas de hierba y arbustos; su tamaño es tan pequeño que es muy difícil verlas, pero las larvas pueden causar un dolor excesivo con sus picaduras parasitarias.
  • Abejas: La buena noticia es que las abejas, incluso las abejas «asesinas» llegadas de África, no actúan por agresión: estos útiles polinizadores sólo despliegan su veneno como un mecanismo de defensa contra alguien que golpea o altera la colmena. La razón por la que son tan peligrosos es que algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas graves a las picaduras.
  • Avispas y avispones: Mientras que las abejas generalmente pican solo una vez, estos parientes cercanos pueden hacerlo varias veces. Si lo hacen, es mejor tratar de arrastrar el aguijón de la picadura en vez de arrancarlo, pues eso puede liberar más cantidad de veneno.
  • Mosca del caballo: Hay más de una especie de moscas picadoras que pueden arruinar nuestra estancia al aire libre, pero estas chupadoras de sangre propinan algunas de las picaduras más dolorosas gracias a sus piezas bucales con forma de cuchillo.

Cosas que hacer en el campo… si es que te aburres

Si nos apetece, podemos encontrar razones bastante interesantes, atractivas y picantes para que la vida bucólica nos atraiga. No hay que marearse mucho ni quebrase la cabeza, basta con ver unas cuantas películas porno y tener una mente un poco sucia para comprender lo que digo, pero apuesto a que son muchos los que me han entendido perfectamente, porque… ¿quién no ha echado alguna vez un polvo en el campo? Y si no lo ha hecho, ¿cuántas veces no habrá soñado con ello?

No es algo nuevo que me haya inventado yo hace apenas unos minutos. En todo el cine porno que podamos recordar, desde la década de los 80 donde hizo tanto furor hasta los videos xxx online actuales, tener sexo en un prado es un tema recurrente que se usa bastante. Al parecer, al público no le importa que en realidad las folladas campestres son de todo menos cómodas: andas en pelotas al aire libre, te clavas todo lo que pillas, uno no sabe en qué postura ponerse en ese terreno desigual, y no sería raro que te encuentres con bichos indeseables de diferentes tamaños y formas… todo eso nos la pela al parecer, no sé si porque nos importa muy poco lo que estén sintiendo los actores en ese momento, porque nos alegramos en plan sádico de que lo pasen un poco mal porque la envidia nos corroe, o simplemente porque nos vemos reflejados en ellos por haber vivido la misma experiencia que nos resultó  placentera a pesar de esos pequeños detalles.

Por cierto que uno suele hacer esas cosas en un momento apasionado (dígase finamente de un calentón) con la parienta de turno, pero imagino que grabar una de esas escenas sexuales no debe ser fáciles para los actores porno en esas condiciones. Siempre el porno al aire libre debe ser complicado, no se tiene tanto control sobre todo el proceso de grabación como en un estudio cerrado, y pueden surgir mil y una complicaciones que no esperas y que pueden hacer que sea un episodio interminable… que por supuesto a unos gustará más que a otros o por lo menos los molestará de diferentes maneras (si entiendes lo que quiero decir). Nunca se ha dado el caso de que haya visto uno de estos rodajes en vivo, aunque es una pena porque estoy seguro que sería interesante. ¿Y si tratáramos de dar publicidad a un entorno rural gracias a algo así? La idea no es mala, con un poco de desarrollo sería la bomba.

Pero volviendo a nuestro tema, e intentado sentirnos atraídos por un escenario rural o campestre (no sé bien cuál sería la palabra exacta), seguro que  muchos tenemos recuerdos bastante hot sobre este asunto. Al igual que antes he dicho que nunca he tenido la suerte de encontrarme con una escena de cine porno en directo en mis muchos paseos por esos montes de Dios, confieso que de vez en cuando sí que he pillado alguna que otra pareja teniendo sexo en vivo… vamos, para ellos era privado, pero para mí fue un espectáculo en directo bastante inesperado y placentero. Admito también que hice un poco de voyeur, pero sólo lo suficiente para comprobar que lo pasaban bastante bien, a pesar de ser un escenario bastante primitivo. ¿Será que, al fin y al cabo, los humanos nos sentimos atraidos por estas cosas, como parte del reino animal que somos? Quizá sea bastante verdad eso de que «la cabra al monte tira», pero en todo el sentido total de la frase, y aún no hayamos sido capaces de renunciar a esa parte animal y salvaje que vive en nuestro interior, tan instintiva como todo lo relacionado con el sexo.

 

Vida en el campo: menor riesgo de demencia senil

Aparte de que te guste más  menos o le encuentres más o menos atractivo, no hay duda de que el campo es uno de los sitios más hermosos para vivir; pero ahora, unos estudios recientes demuestran que también es uno de los más saludables. La información no es demasiado novedosa, se podía deducir fácilmente, pero lo novedoso son sus conclusiones, y que ahora no se trata sólo de si acercarte a las zonas rurales es cuestión de gustos, sino también de buscar calidad de vida.

Según un nuevo estudio de una revista canadiense, las personas que viven cerca de una carretera o una carretera muy transitada tienen un 12% más de probabilidades de desarrollar demencia. El estudio encontró un vínculo alarmante entre la contaminación del automóvil y el riesgo de trastornos de pérdida de memoria como la enfermedad de Alzheimer.

Desde 2001 hasta 2012, los científicos utilizaron códigos postales y registros de salud para estudiar a más de 6.6 millones de residentes de Ontario. Descubrieron que cualquiera que viviera a menos de 55 metros de una fuente importante de contaminación, como una carretera, tenía un 7-12% más de probabilidades de sufrir demencia senil. Cuanto más cerca y más tiempo vivía uno cerca de una calle concurrida, más aumentaba el riesgo. Sin embargo, los investigadores notaron que cualquiera que viviera a más de 200 metros de distancia no se vio afectado por esta causa. Solo en Ontario, casi la mitad de los residentes adultos viven a una distancia peligrosa de tráfico intenso, y los números son aproximadamente los mismos para los estadounidenses

Aunque los científicos no están muy seguros de cómo la contaminación puede transformar el cerebro, sí saben que las partículas encontradas en la contaminación conducen a la inflamación de este órgano, lo que puede explicar por qué los trastornos de pérdida de memoria se desarrollan con el tiempo. Si vives cerca de una autopista o autovía, los expertos recomiendan evitar esas carreteras concurridas para desplazamientos y hacer ejercicio; en otras palabras, tome carreteras secundarias para los viajes cortos y trasladarnos a pie siempre que sea posible, evitando la contaminación que rodea en general a las ciudades.

Parece que ahora puede ser un buen momento para comprar la casa de sus sueños en el campo, pensar en un estilo de vida campestre aunque sea los fines de semana, o, como mínimo, ¡planificar una escapada rural!

Las mejores niñeras del mundo: las nanas-burro

Para empezar, y dar una muestra de cómo puede sorprendernos el mundo rural, traigo esta historia que para nosotros quizá sea nueva (al menos yo no la había oído hasta ahora), pero que en Italia es algo común y nos da una idea de todo lo que nos estamos perdiendo en torno al mundo rural, y cuáles puede ser las interacciones entre humanos y animales y, otra vez, entre diferentes especies de animales; algo que mucha gente encuentra extraño, pero que evidentemente funciona, claro está.

Como digo, en algunos lugares de Italia, los burros se utilizan para transportar corderos recién nacidos a un lugar seguro cuando no pueden hacer el viaje ellos mismos; los llevan a mejores pastizales, cuando son muy pequeños y sus padres no se hacen cargo de ellos por una u otra razón. Para este menester, a los asnos se les equipa con unas alforjas especiales, hechas a medida para que se adapten perfectamente al tamaño de los pequeños corderos. Y lo mejor es el nombre con el que se conoce a estos animales: burros-niñeras.

Esta practica se utiliza en casi todo el territorio italiano, pero es originaria de Lombardía, donde cada primavera puede verse a estos asnos transportando a su preciosa carga de llanura en llanura para buscar mejores alimentos. Esto hace que estos burros estén muy bien cuidados, y que sus dueños tengan especial cuidado en darle todo lo necesario para su perfecta salud y su comodidad, pues su labor es importante y contribuye significativamente al bienestar ganadero de la región sobre todo, pero también de todo el  país.

Mientras escribo esto, puedo decir que esta curiosa interacción de los asnos lombardos con las ovejas está convirtiéndose en un espectáculo que muchos turistas ya pagan por ver, aunque esta tradición tiene siglos de existencia, y para los italianos es algo normal. Pero gracias  a la atención que están generando, el cuidado de estos animales es algo primordial para sus dueños, lo que en realidad acaba incidiendo en su excelente calidad de vida, lo cual es de agradecer.

El mundo rural, ese gran desconocido…

Estamos acostumbrado a la vida de la ciudad, porque hoy en día, por poco que esté avanzado un núcleo urbano, su intención es imitar el ritmo y las formas de las grandes ciudades, y querer progresar para tener un mejor nivel de vida. No es malo en absoluto, y por otro lado totalmente comprensible, pero entonces, ¿dónde hemos dejado las zonas rurales, y el encanto de vivir en un lugar abierto al campo y a la naturaleza?

Como motor económico, hoy el campo es monopolizado por unos pocos, con zonas bien determinadas; y, de cualquier forma, su manera de vivir ya no tiene nada que ver con la de antaño (aunque tampoco hace tanto tiempo en que era diferente, no te vayas a creer). En nuestros tiempos, las zonas rurales se especializan en ciertos sectores, que están ocupados por empresas o familias de larga tradición, con las que es muy difícil competir; y lo peor de todo es que tampoco se encuentra a mucha gente que esté dispuesta a hacerlo, puesto que no es nada atractivo dedicarse al mundo rural, y ciertamente mucho menos remunerado que otras actividades.

Así que, casi sin darnos cuenta, hemos ido perdiendo esa parte de nuestro entorno que hasta hace muy poco era una parte importante de nuestra vida y nuestra historia. Pero todavía tiene arreglo, porque creo que lo que nos falta es desinformación. De acuerdo, no a todo el mundo le gusta el campo ni las actividades al aire libre, sean para ocio o con interés monetario; pero sí que nos gustan las novedades y conocer cosas nuevas, cosas que no imaginábamos o de las que nunca hemos oído hablar, ¿verdad?

Quizá saber cómo es la vida rural, qué sorpresas puedes encontrar en los lugares alejados de la vorágine tecnológica y desarrollada de las ciudades, y cómo es la forma de vida en los núcleos rurales atraiga a más de uno hacia lo desconocido. Puede que pienses que entre casa de piedras, cultivos, animales de granja y actividades artesanales no hay ninguna emoción, pero te sorprenderá saber cuántas cosas interesantes te has perdido hasta ahora, incluso que pueden mejorar tu vida actual aunque no lo creas. Sólo sigue este blog y lee algunos de sus posts, y quizá quieras hacer algún comentario sobre si todo lo que cuento aquí tiene algo de razón, o simplemente ando diciendo tonterías sin ninguna base real. Tú decides.